Dicen que cambiar de administrador es fácil, si sabes como. Pero esa es la teoría, la realidad puede ser bastante distinta y un camino tortuoso. Porque cuando la comunidad se encuentra secuestrada, ocurren cosas como:

– Las juntas se retrasan, se posponen, y cuando por fin llegan… parece que nada se resuelve.

– Las cuentas siempre tienen cosas raras, y las respuestas que obtienes son esquivas o, peor aún, simplemente silencio.

– Lo que se acuerda en las juntas queda en papel, pero en la realidad, poco cambia.

– Llamas para que te den alguna explicación y las horas se hacen días, semanas, incluso años sin respuesta. Conocen tú número de móvil …

– Intentas resolverlo en persona, pero te encuentras con que “no es buen momento”, y sales sin nada claro, pero con muy mal cuerpo.

Y todo parece de lo más normal… incluso 40 votos delegados.

Si estoy en lo cierto, no has llegado aquí por casualidad. Ya tienes claro que la única solución es cambiar de administración, porque esperar que los demás vecinos actúen es imposible. Pero lo último que deseas es que te den gato por liebre.

Es normal; y como no deseo insultar tu inteligencia con imágenes postizas, un lenguaje sofisticado para marcianos y una descripción de servicios que parecen un prospecto, haré algo mejor.

Te hablaré claro. La información que voy a compartir contigo es mucho más valiosa que prometer un ‘sistema anti moroso’ o una ‘administración de fincas integral’.

Se trata de errores y falsas creencias que suelen darse en las comunidades de vecinos de Vélez-Málaga y sus alrededores (comarca de la Axarquía), y conocerlos te permitirá tomar decisiones más informadas, tanto ahora como en el futuro. Pero antes, permíteme ponerte en contexto

¿Y te preguntarás por qué te lo cuento? Porque,
al Principio, todo parecía maravilloso…

Quizá pensaste que, con cambiar al administrador que un vecino recomendaba, sería suficiente para tener una comunidad ordenada y bien gestionada. Pero, con el tiempo, las cosas se volvieron menos claras.

Las reuniones se han convertido en un enredo, las cuentas siguen sin cuadrar, y lo que antes eran vecinos ahora parecen extraños.

Y aquí estás, con los mismos problemas que pensabas haber dejado atrás, solo que ahora con una administración que no escucha ni responde.

Y te preocupa que los gastos e imprevistos sigan afectando a todos cada vez más.

Es una preocupación que no te sale de la cabeza. Pero prefieres mantenerte al margen, porque no quieres causar más conflictos.

En el fondo, te gustaría poder decir que confías en cómo se abordan las cuestiones y en las decisiones que se toman.

Pero la realidad es que, muchas veces, te sientes sin información y sin control sobre lo que está pasando. Esas pequeñas reparaciones, que antes parecían insignificantes, ahora son el foco de discusiones y desconfianza entre los vecinos.

Y los problemas invisibles, no parecen importar. A NADIE